martes, 24 de enero de 2012

Hay situaciones que no se pueden salvar, que se hunden lenta y dolorosamente. Nada que hacer. Músculos resentidos, huesos rotos, convalecientes luego, muy poco queda que se pueda rescatar. ¿Tratar de vivir en armonía?, casi un imposible, un cinismo de aquellos sin cara, sin palabras, pero con sonrisas. ¡No lo intentes, no sigas intentando! Intentar cruzar un puente caído. Prefiero construir nuevos caminos, nuevos puentes y también, nuevos abismos de donde lanzarte para crear una tragedia. Una flor negada, un par de palabras mal entendidas…a nadie le gusta nadar contra la corriente. No me parece, me voy, me alejo de ti, de tu mundo, de tus amigos, de los recuerdos, te olvido. Quemo tu sonrisa, desjuiciadamente hermosa, los abrazos y los besos no se nutren más, te grito, te ignoro, te maldigo, que ya no me importa lo que sientes, digas o hagas, se olvida lo que hubo y todo lo que fue.

domingo, 15 de enero de 2012

Sí, a veces te extraño...pero al menos sé una cosa que me impide volver a intentarlo, no vales la pena.

martes, 3 de enero de 2012

A veces me parece que del otro lado de la cordillera la gente es más amable, más optimista y más amigable que en este lugar. Me preugnto si el sol será más amarillo, al menos sé que las aguas son más tivias. Una lástima comparar nuestra sociedad con la de los vecinos y darse cuenta de que tenemos tantos defectos y que nos vemos cada día un poco más grises.No cuesta nada, señores, no cuesta nada decir gracias, sonreir, darse un tiempo y escuchar. No cuesta nada ser un poquito más personas.

lunes, 2 de enero de 2012

Tengo 21 años, buena salud, buenos amigos, una carrera a punto de ser terminada y muchos sueños por delante. Me pregunto qué falta, qué es lo que falta para ser pleno ¿una casa?, ¿un auto?, ¿conocerse a sí mismo?, ¿aprender a estar solo?, ¿una pareja?, ¡¿un perro?!. Tal vez sea cosa de tiempo, tal vez, simplemente, sea cosa de no analizarlo tanto y vivir. Porque tal vez mientras sigo diciendo "tal vez" se me pase la vida esperando que algo mejor llegue a tocar mi puerta y entonces TAL VEZ ya sea demasiado tarde para darme cuenta de que lo que ahora tengo y lo que ahora soy también puede llamarse plenitud.