lunes, 9 de marzo de 2009


Es la casa, la casa vieja, esa que es hermosa incluso en sus defectos, la ceniza del cigarro barrido, las desoladas muertes de los desconocidos, el queque recién salido del horno que no puedes comer, estar acompañado y estar solo al mismo tiempo, coger rosas, pintar un cuadro, escribir un poema, morir.

Lanzar tu cuerpo como alfombra en el piso, usar la barriga del gato como almohada, mirar sin sentido las hormigas en fila hacia quien sabe donde, recordar las muertes de tus mascotas, el vacío de haber hecho algo que simplemente no funcionó.

Es ver tus ojos y sentir como no quieres que esos cortos momentos se acaben, sentir como mis brazos ruegan tenerte amarrado entre ellos, y no es nada raro, sentir que las palabras se escapan, sentir que las manos tiemblan… y no es nada malo saber que en realidad querías que eso pasara.

Acariciar el pasto como seda, pensar, pensarse, pensarte… dormir.

2 comentarios:

  1. Wi!! nos actualizamos.. :)
    me encanto el texto, como siempre...
    el problema.. ahora quero comer queuqe xD


    jajajua te quero!!

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  2. tercer parrafo; como controlarlo? si se siente tan bien? algo tan sencillo puede llegar a ser tan complicado... = /

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