Las almas pierden su propio camino
Los vivos están muertos
Y los muertos están aun mas muertos.
Los desolados, los hambrientos, los culpables.
las señoras de la esquina con su cuchicheo
por las mañanas el lechero, por las tardes el cartero
el insoportable ruido de las maquinas,
de las bestias sudadas, gastadas, oxidadas.
Las almas siguen buscando el camino
los vivos están agonizantes
los muertos recién palidecieron
la brisa fresca,
el azote de una ola desde el fondo del mar,
tus ojos que perdían su encanto al lado de las estrellas
y tus manos que simulaban un pequeño abrazo
que tímidas se movían en mis mejillas,
entre los parpados que dormían en tus palabras.
Los vivos están enfermos, tienen cáncer de amor
los muertos recién agonizan
como si la vergüenza consumiera al hombre,
como si la rabia cegara la verdad,
limar las asperezas de una vida de mentiras,
limpiar el fondo del barril en donde las guardaste
el horizonte como inalcanzable,
las flores como la mas dulce promesa,
la mirada que ruega sigue ahí
y tu y yo… y nada.
Los vivos ahora viven
los muertos ya no mueren si no de vivir,
la sonrisa como alba,
el silencio como anochecer.
Los vivos ahora sueñan
los muertos comienzan a creer.
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