domingo, 9 de octubre de 2011

echarte de menos, necesitarte de más


Extrañarte, como si hubiéramos compartido tanto tiempo… extrañarte, extrañar tu aroma, tus manos, tu risa. El universo se confabulo, los planetas giraron en el sentido contrario, se sacudieron y nos hicieron caer en el mismo sitio, al mismo tiempo. Una mirada sin sentido al horizonte, a tus ojos brillantes. Una señal mínima, equivalente a cambiar la noche por día, la lluvia por sol, los otoños por primaveras. Extrañarte, como si hubiera algo que echar de menos. Viento en la cara, canción de media tarde al oído, un par de palabras al aire, preguntas sin respuesta, sonrisas infinitas escapando como presos de una cárcel, desesperados, coquetos, un poco marchitos, como un poco más de algo que ni siquiera nosotros conocemos. El misterio de extrañar, después de un par de horas, de unos minutos, de una conversación a medias y muchas invitaciones inconclusas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario