miércoles, 5 de octubre de 2011

Extrañamente claro*


Extrañamente claro, como una estrella tendida en el cielo, se expresa el ser en su inmensidad terrenalmente divina, como una luz, un rayo, como energía pura, apareces. Una mirada profunda, unas manos que ruegan, el frio como la escusa perfecta, los lazos comienzan a formarse….y un perfume inolvidable, que se entromete entre tu cuerpo y el mío, hace pasar el tiempo, no nos damos cuenta, nada importa. Paseantes, alegres, entusiasmados con una historia que aún ninguno empieza. Un cigarrillo, atrapado entre dedos temblorosos, quien sabe cuántos más vendrán, quien sabe cuántos ya fueron, humo entrando suavemente y escapando desesperado del encierro de mis pulmones y una sonrisa para llenar el vacío que ha dejado. Extrañamente romántico, una canción de despedida, ¿cómo te gustan las despedidas? Un abrazo infinito que rogaba por más. -Dejemos que sea particularmente hermoso-, dijiste. Un amanecer, un medio día, un atardecer, un siempre, días y noches completas, sol y estrellas, hundidos en el calor de una realidad perfecta. Simplemente, dejemos que sea...

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